La visión es un factor determinante para una buena calidad de vida, y en los niños en edad escolar es fundamental para su desarrollo y aprendizaje. La mayoría de las afecciones visuales suelen detectarse en la primaria, muchas veces gracias a la observación de los maestros. Esto ocurre porque en las primeras etapas de la vida, los síntomas pasan desapercibidos; los niños no saben lo que es ver correctamente, por lo que no pueden comunicar su dificultad.
El papel de los educadores es clave en la detección temprana, trabajando en conjunto con los padres y familiares. Si una afección visual no se detecta a tiempo, puede afectar diversas áreas de la vida del niño, como:
Aprendizaje escolar: La visión deficiente puede dificultar la lectura, la escritura y la concentración en clase.
Desarrollo motor: La coordinación entre la vista y los movimientos es esencial para habilidades motoras como agarrar objetos o caminar. Los niños con visión deficiente suelen tardar en desarrollar estas habilidades.
Interacción social: Un niño con visión limitada puede volverse más retraído o ansioso en situaciones sociales, debido a la inseguridad que siente al no ver claramente.
Es por eso que, en este artículo, te ofrecemos una guía para la detección temprana de afecciones refractivas.
Detectar las primeras señales:
Si notas alguno de los siguientes síntomas en un niño, es recomendable que acudas a un especialista:
– Dificultad para agarrar objetos o acercarse mucho a las pantallas o libros.
– Frotarse los ojos con frecuencia.
– Desinterés en actividades que requieren buena visión, como jugar en un parque tras una pelota.
– Dolores de cabeza recurrentes después de usar pantallas o leer.
– Dificultad para seguir objetos en movimiento con la vista.
– Desviación de los ojos (estrabismo).
Una vez que sospeches que el niño podría tener una afección visual, es esencial acudir a un oftalmólogo pediatra o a un especialista en salud visual para un diagnóstico preciso.
Lo ideal es que los niños reciban su primera revisión visual (tamiz visual) a los 6 meses de vida, seguido de otro examen a los 3 años y nuevamente antes de comenzar la etapa escolar.
¿Qué tratamiento debe seguir mi hijo ahora que sé que tiene una afección visual?
La buena noticia es que, si se detectan a tiempo, muchas afecciones visuales pueden tratarse con éxito. Los tratamientos más comunes incluyen:
Uso de lentes correctivos: Afecciones como la miopía, hipermetropía y astigmatismo pueden corregirse con gafas.
Terapia visual: En algunos casos, se prescriben ejercicios para mejorar la coordinación entre los ojos y el cerebro.
Parche oclusor: En casos de ambliopía u ojo vago, se recomienda el uso de un parche sobre el ojo sano para fortalecer el ojo débil.
Ahora que te hemos presentado esta guía, podrás empezar a ver los signos y sintomas que presentan tus hijos en cuanto a la salud visual y asi iniciar el tratamiento de salud visual más adecuado para tu hijo. La detección temprana y el tratamiento adecuado no solo mejoran su salud visual, sino también su calidad de vida y rendimiento escolar.
Recuerda siempre consultar con un especialista de salud visual y estar atento a las señales que los maestros y los propios niños nos dan.
Nos encantaría leerte, ¿qué otro sintoma viste en tus hijos antes de llevarlo con un especialista de salud visual?
Andrea Fiesco
Licenciada en Comunicación y Medios Digitales y Maestra en Educación